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lunes, 25 de agosto de 2014

“LA MAÑANA”, UN DIARIO DE GUALEGUAY



Por el Lic. Gustavo Cichero

De los diarios existentes en Gualeguay, en el segundo cuarto del siglo XX, merece ser recordado <<La Mañana>>, destacado por ser fue el único que registró con los mayores detalles posibles, la crisis internacional sufrida durante la ‘Segunda Guerra Mundial’ (1939-1945), prestando atención a las distintas corrientes de información. Así, fue posible que convivan en el mismo diario dos agencias contrapuestas: Saporiti, cuyo corresponsal era Adrián Patroni y Roma Press, de la que Tomás Milani era su corresponsal. La primera claramente aliadófila y la segunda pro fascista.


 

Ambas agencias ocupaban la primera página de este diario, que solo contaba con una totalidad de cuatro páginas, de las cuáles tres se destinaban a artículos informativos y publicidades y una cuarta – la página dos – exclusivamente a avisos comerciales.
 










Antonio Arena, director de este matutino, lo fundó 
el 18 de marzo de 1932 y tenía como fin la publicación de noticias honestas y veraces. Destacaba <<El Litoral>> de Concordia, que era el diario dirigido por Arena, “De tendencia conservadora, política y socialmente [defiende el catolicismo y] opone la salud de su propaganda al sarampión del izquierdismo demagógico […]”(1)

Arena, no era un novato en la materia. Se inició en el periodismo en 1911, en la mesa de redacción del diario <<El Debate>> de Gualeguay, para alcanzar en 1919 la jefatura de dicho medio. Fue reconocido y considerado por sus colegas, como uno de los más grandes y prestigiosos periodistas de Entre Ríos, colaborando en la prensa provincial y nacional.
Tiempo después, fundó un semanario literario y social, llamado <<Nuevos Horizontes>>.
Más tarde, se separa de <<El Debate>> para fundar <<La Mañana>>. (2)  A lo largo de sus años de existencia, el matutino se definió a favor de los preceptos marcados por la Iglesia Católica. Así lo transmitía a su público lector:


 “[…] nos colocamos dentro de la Iglesia Católica: aceptamos todos sus dogmas seguimos sus orientaciones religiosas y sociales y esto basados no en su habitual sagacidad de ubicación histórica, sino en su carácter divino y en la infalibilidad de sus enseñanzas”.(3)


Al cumplir su octavo aniversario de vida, en 1940, afirmaba que:
 “[…] hemos realizado dentro de la medida de lo posible, el programa de bien público que nos impusiéramos, sirviendo con probidad los intereses morales, espirituales y materiales de la sociedad, bajo el gran lema de Dios, Patria y Hogar”. (4)

Hacia 1943, el diario, que resistía una fuerte competencia de sus colegas, - <<El Debate>>, <<El Día>>, <<Justicia>> y <<Atalaya>> - estaba constituido por tres personas: Antonio Arena, Carlos P. Carrera y Benigno Sánchez.
         
<<La Mañana>>, desapareció en 1944, cuando la Sociedad Anónima de Responsabilidad Limitada <<Adelante>> adquirió el diario <<El Debate>>, siendo contratados como Jefe de Redacción Antonio Arena y Administrador Benigno Sánchez. (5)



 REFERENCIAS 
1) LUQUE, Antonio de.  “La Mañana es un Vocero de la Argentinidad" La Mañana. N° 1483. Gualeguay, domingo 27 de marzo de 1938. Pag. 1 Col. 2.
2) Cf. Anón.  “Treinta años de labor periodística”. La Mañana. N° 2377.
Gualeguay, jueves 17 de abril de 1941. Pag. 1, Col. 1 y 2 y pag. 4, col. 2.
3) Anón.  “La palabra la tiene el pueblo”.La Mañana. N° 1749. Gualeguay, Sábado 18 de febrero de 1939. Pag. 1 col, 1.
4) Anón. “La Mañana”.La Mañana, N° 2071. Gualeguay, miércoles 20 de marzo de 1940. Pag. 1, col. 2.
5) Cf. Anón. “El Debate”. La Mañana. N° 3136. Gualeguay, Viernes 30 de junio de 1940. Pag. 1, col. 2 y 3.


martes, 24 de junio de 2014

Delitos en Gualeguay hacia 1891



Por el Profesor Gustavo cichero

Si bien la ola de delitos en nuestro país nos viene afectando desde larga data, en los últimos tiempos la inseguridad creció y la violencia recrudeció. Gualeguay no ha estado ajena a esta problemática y a diario podemos corroborar la existencia de delitos menores como otros de gran importancia.
Estos hechos nefastos, para muchos son novedosos y para los nostálgicos, antes no sucedían o en su defecto la autoridad policial resolvía los casos a la brevedad y con rigor. Sin ánimo de justificar nuestro presente, es importante conocer nuestro pasado, para saber que la situación ha sido preocupante desde mucho tiempo atrás.

Una plana del semanario
 "La Reacción", un semanario que existió en Gualeguay en la última década del siglo XIX, atendió esta problemática en varias notas, destinando un lugar especial a la Policía. Antes de leer las citas del diario, es preciso informar que ‘La Reacción’ defendía los principios políticos de la Unión Cívica, mientras que nuestros dirigentes municipales y policiales respondían al Conservadurismo.
 
Actualmente, en pleno siglo XXI, muchos vecinos de Gualeguay cuestionan el accionar de la policía. Hace más de cien años atrás la prensa también lo hacía. En ‘La Reacción’ del 4 de enero de 1891 se lee: “Nuestro vecindario ha visto con sorpresa las medidas de fuerza que la policía ha empleado contra algunos jóvenes distinguidos de nuestra sociedad [...] Lo que es censurable desde luego, es el rigor empleado por la autoridad al conducirlos a la cárcel y encerrar a algunos de ellos en calabozos, donde hay criminales […] Estas medidas abusivas que solo tienden a humillar al vecino pacífico no conducen a otra cosa, que a desprestigiar la misma autoridad, haciéndola odiosa para el pueblo […] Bueno es que los hechos referidos no se reproduzcan para honor de nuestra ciudad y porque la que más se desprestigiaría, sería la autoridad misma”. (1)

Después de un mes de publicado este artículo, el semanario destaca el accionar de la policía, asegurando que ha comenzado a tomar medidas moralizadoras contra “gente de vida airada”. Seguidamente, reconoce que “por ese camino es como conseguirá que el pueblo la respete y obtenga de la prensa independiente el aplauso sincero”. (2)

Dos meses después, en abril del mismo año, el señor Pedro Bordato denunció en la Policía que de su campo ubicado en el 8vo. Distrito habían robado mil quinientas ovejas. Sobre el hecho dice el semanario: “La policía se halla en la obligación de adoptar con todo rigor y actividad las diligencias que el caso reclama a fin de dar con el autor o autores del hecho denunciado, y devolver así la tranquilidad al vecindario” (3)

Veinte días después de denunciado el hecho por Bordato, ‘La Reacción’ publicó un nuevo artículo relacionado con el tema, descalificando el accionar de la fuerza pública. Así lo expresa: “Hasta ahora nuestra policía no ha conseguido averiguar ni el paradero de las ovejas que le fueron robadas al estanciero Dn. Pedro Bordato, ni mucho menos descubrir el autor o autores.
Tratándose de un robo de consideración y en el que es fácil obtener los indicios y medios necesarios para llegar a la completa averiguación del hecho, no es recomendable para la policía el resultado nulo que ha alcanzado hasta la fecha.
Más actividad y diligencia, señores encargados de la seguridad pública. Es preciso tener en cuenta que no se cree posible, o por lo menos fácil que mil y tantos animales lanares puedan desaparecer de un momento a otro sin dejar rastro alguno”. (4)


Referencias

1) Anón.  “Proceder Censurable”. La Reacción. Gualeguay, domingo 4 de enero de 1891.

2) Anón.  “Medidas policiales”. La Reacción. Gualeguay, domingo 22 de febrero de 1891.

3) Anón. “Robo de ovejas”. La Reacción. Gualeguay, domingo 19 de abril de 1891.

4) Cf. Anón. “El Robo de ovejas”. La Reacción.. Gualeguay, domingo 10 de mayo de 1891.

martes, 4 de febrero de 2014

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS SOCIALES Y CULTURALES DE GUALEGUAY HACIA 1810



Por el Prof. Gustavo Cichero


Hasta 1810, la ciudad de Gualeguay llevaba una vida distante, al margen de lo que ocurría en el resto del virreinato, pero la revolución sucedida en Buenos Aires cambió su ritmo, pues fue activa participante con su caudillo Bartolomé Zapata.

A pesar de que la revolución sirvió para integrarnos en una causa común, la geografía dificultaba las comunicaciones con el principal centro poblacional y cabeza del Estado que estaba emergiendo.

En este contexto surgieron los caudillos, líderes naturales que supieron representar los intereses de los más desposeídos, como eran los gauchos. Con ellos, protagonistas de la independencia, nacieron las guerras internas. Los intereses centralistas de Buenos Aires mostraron la exclusión del Litoral, el cual se unió bajo la dirección de José Gervasio Artigas con la denominación de Liga de los Pueblos Libres, teniendo nuestra provincia como principal referente a Pancho Ramírez.


Al mismo tiempo, la economía ganadera se desarrollaba junto al comercio fluvial del cuero y el cebo, hacia el puerto de Buenos Aires.
En esta época, la gente común comenzaba su día con la salida del sol y se acostaba cuando este se ocultaba. Se trabajaba tranquilamente, produciendo en la casa todo lo necesario para la subsistencia. Tanto varones como mujeres acompañaban sus días con el mate y los más humildes vestían ropas sencillas y sus comodidades eran mínimas, aunque siempre estaban dispuestos a hospedar al visitante que se aproximara a la vivienda.

Como en toda la provincia, eran comunes las reuniones sociales entre familias amigas para bailar y dialogar.
Una de las más populares, era “[…] el velorio del angelito,[…] [al que concurren] familiares, vecinos e invitados, que durante varias noches matean, comen, beben, bailan y cantan en distintas casas, cuyos dueños piden prestado el cadáver, por supuesto ya putrefacto para continuar el velorio”.(1)
 

En una comunidad fuertemente católica como la nuestra, no podían faltar las fiestas religiosas, siendo las que predominan en esta etapa. Según registra el historiador provinciano Juan A. Segura en su “Historia Eclesiástica de Entre Ríos”, el vecino de Gualeguay, Casiano Calderón describe las características de la celebración de Semana Santa en 1822, ocupando el centro de la misma, la actual Plaza Constitución, escenario de sermones y procesiones. Según el autor, la fiesta religiosa se caracterizó por el silencio y ayuno absoluto, no dando lugar a ningún tipo de festejos, según el concepto contemporáneo, hasta la Pascua de Resurrección, cuando las campanas sonaban fuertemente y se quemaban algunos fuegos artificiales. (2)

Además de la Semana Santa, la fiesta del Santo Patrono revestía igual importancia. Por lo que sabemos, en localidades de otras provincias, como Santa Fe, Córdoba o Buenos Aires, los Cabildos realizaban una gran inversión para animar la festividad, con coros y músicos. No ocurre lo mismo en Entre Ríos, donde la pobreza de los Cabildos imposibilitaba tal gasto. (3)


En estas décadas transcurridas, no hay documentos escritos sobre Gualeguay, que registren bailes y danzas. Es preciso considerar, que quizás no se dejó testimonio escrito, pero también es posible que hayan sido una excepción, teniendo en cuenta la vida complicada que llevaba la ciudad, sumergida junto a todo el territorio en una profunda guerra civil.  El antecedente escrito que posiblemente dio lugar a este tipo de realizaciones, fue la orden que emitiera el gobernador de la provincia, coronel Lucio Mansilla, quien determinó que a partir de 1822 debía celebrarse el 25 de mayo.

No sería descabellado pensar que en nuestra ciudad se ejecutaran instrumentos musicales y bailaran danzas, considerando que en Paraná los festejos duraron tres días, desde el 24, extendiéndose hasta el 27 de mayo, donde por primera vez hubo una participación masiva de los vecinos. En la capital de la provincia, los festejos fueron importantes y la música a cargo de una retreta militar y las danzas, guardaron un lugar especial, como así también un baile oficial en la Casa de Gobierno. (4)
En el caso de Gualeguay, la banda militar se formó a partir de que Urquiza en 1849 contrató a dos músicos italianos: Casalino y Vinelli. (5)


CITAS:
 (1) REULA, Filiberto. Historia de Entre Ríos. T 1. Santa Fe. Edit. Castellvi S.A. 1963. Pág.103
(2) Cf. GIANELLO, Leoncio. Historia de Entre Ríos (1820-1910). Paraná. Talleres de la imprenta de la provincia. 1951. Pág. 164
(3)Idem. Pág. 161
(4) Cf. PÉREZ COLMAN, Cesar B. Paraná, 1810-1860. Los primeros cincuenta años de la vida nacional. Rosario. Talleres gráficos de Emilio Fenner. 1946. Págs. 97-98
(5) REULA, Filiberto. Ob. Cit.. Pág.272

Prof. Gustavo Cichero