Carlos Mastronardi y Roberto Epele mantuvieron una gran amistad y compartieron muchas horas de mate, conversaciones filosóficas y búsquedas espirituales. Cuando Epele regresa a Gualeguay, luego de una larga permanencia en Buenos Aires, se refugia en un altillo de la casa paterna donde se operará su conversión espiritual. Mastronardi fue compañero y testigo de ese proceso tal como lo narra en su libro “Memorias de un provinciano”. En ese lugar, ese altillo aún existente, pudimos filmar algunas escenas de la presente secuencia.
No es un homenaje antitético a la Botica del Ángel. Es una mezcla de dos sospechas populares: "de todo como en botica" y "el abogado del diablo". Habrá de todo lo que este irresponsable se permita compartir polemizando, provocando, entreteniendo; hablando de temas como historia, no la conocida, la otra, la ignorada por minúscula; del aprendizaje del aprender, no de la educación aplanadora; del pensar libremente, no del cohibido por los medios y del oficio de documentar lo real, no la realidad.
De interés
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